La forma en que los coches autónomos probablemente interactuarán con la industria de seguros es uno de los temas más candentes del momento. Se espera que el coche autónomo (que se conduce solo) se convierta en un estándar en los próximos 10 a 15 años. Para entonces, comenzarán a convertirse en algo habitual en las carreteras. A algunas personas les intriga naturalmente el concepto en un sentido general. Otras están considerando los beneficios de los coches autónomos. Por ejemplo, sin duda hay algo que decir sobre un modo de transporte que no tenga que preocuparse por el error humano.
Pero ¿qué pasa con las compañías de seguros? ¿Veremos cómo los gigantes se reducen y acaban convirtiéndose en una especie rara? Sin duda, el mundo de los seguros de automóviles tendrá que hacer algunos ajustes. La tecnología suele exigir esto a la industria. Aun así, ¿qué podemos esperar? ¿Debería estar nerviosa la industria de los seguros de automóviles?
Son preguntas profundamente fascinantes. Es probable que las respuestas también le impresionen a usted.
Los coches autónomos y el futuro de la industria de seguros de automóviles
Se espera que para el año 2040 los coches autónomos puedan circular por las carreteras sin intervención humana. Se trata de vehículos que tendrán la capacidad de aprender de sus propios errores, gracias al concepto de inteligencia artificial. Con el tiempo, el software que impulsa el coche podrá reducir la posibilidad de sufrir un accidente a algo cercano a cero.
Pero todo esto plantea una cuestión interesante en materia de seguros: ¿quién será en última instancia el responsable? ¿El propietario del vehículo? Recuerde que no va a haber un conductor. ¿Será entonces el fabricante el responsable? ¿Y el diseñador del software que ayuda al vehículo a funcionar? Algunos creen que el fabricante debería ser considerado responsable. Muchos también sospechan que se va a crear un sistema de seguro de automóviles sin culpa. Otros sostienen que se va a crear un sistema de compensación sin culpa, con el fin de establecer un camino claro para nombrar a la parte responsable.
Menos accidentes podrían significar primas más bajas, lo que podría traducirse en menores ingresos para las compañías de seguros. Esto podría perjudicar al sector, pero también podría reducir significativamente los costos y los gastos generales. Las aseguradoras podrían volverse más precisas en sus presupuestos, ya que el software será más predecible que las personas. Las empresas también podrían crear paquetes separados para el vehículo y luego paquetes separados para los conductores.
Sin embargo, las compañías de seguros están trabajando según lo previsto.
A continuación se muestra un vídeo que muestra cómo los coches autónomos han logrado avances significativos en la última década: